Subí las escaleras de
la casa escalón por escalón, no se podía llegar muy lejos. La madera rechinaba
suavemente en el octavo escalón y me detuve para comprobarlo, volví a pisarlo.
No le tomé importancia, aunque sí me era molesto. Mientras los árboles danzaban
en el exterior ofreciéndome un espectáculo asombroso, sus ramas tupidas de
hojas se erguían y volvían a su lugar original. El aire que tropezaba con ellas
creaba sonidos divertidos, como murmullos. Era probable que hablara, pero yo
era demasiado “normal” para saberlo. Creer es sólo un acto de fe.
Al llegar arriba
toqué la puerta de la habitación de mi padre Edward, con dos golpes no muy
fuertes causados por los nudos de mis manos. Mi fuerza era inquebrantable,
parecieron portazos los pequeños toquidos pero ninguno me dijo nada, sabían que
no podía controlarlo a mi corta edad.
—Adelante, pasa— dijo
mi padre al abrir la puerta— ¿Y Jacob, dónde le dejaste? —preguntó en tono
irónico, yo hice los ojos en blanco.
—De hecho él fue
quien me dejó. Al parecer tuvo algo importante con su manada, espero ningún
problema…—solté un suspiro— ¿Y qué es lo que hacen ustedes? — dije al notar que
tenían varios álbumes por todos lados. Regaban recuerdos. Florecían memorias.
—Viendo algunas
fotografías tuyas. Aún conservas la misma mirada, los ojos chocolate de tu
madre y la sonrisa del color de la luna.
Pero las mejillas rosadas, eso sólo tú lo posees.
—¡Quiero verlas,
papá! —dije emocionada ante la expectativa, hacía ya bastante desde que vi una
fotografía mía, la única que tenía memorizada era la que estaba enmarcada en el
estudio de mi padre.
A veces pasas tanto
tiempo viendo a los demás que dejas de mirarte a ti misma.
En dicha fotografía
tenía 4 años, pero como era de esperarse aparentaba unos 10 años. Llevaba un
vestido floreado, y unas sandalias rosadas. Y algo inocuo, una sonrisa bien
puesta.
Mi padre me dio unos
cuantos retratos y comencé a mirar sus detalles. En la mayoría estaba sola,
desde entonces lo estaba. La pregunta era necia, pero me atormentaba
diciéndome: “¿adónde perteneces? ¿A qué o a quién? ¿Buscas algo, o algo ha de
encontrarte a ti?” Era cosa de esperar, esperar algo de lo que no tenía la mínima
idea… Irónico, ¿no?
En la familia solían
tomarme demasiadas fotos por el hecho de crecer sin control, no deseaban
perderse ni un solo momento de mí, ni mientras dormía. De eso se encargaba mi
tía Alice, realmente era buena fotógrafa, además que su cámara no era
cualquiera, una análoga para acabar. (La gente mayor es tan difícil e
inoportuna.)
Me causaba sonreír el
volver a vivir mi infancia con sólo mirarlas, me veía reflejada y era como si
pudiese traspasar el papel fotográfico, ser el ahora de la imagen y no el
antes. La maravilla que hace una foto es única, pocas cosas pueden capturar el
instante preciso.
Mis padres bajaron a
la sala y me dejaron con todo ahí. Continué viendo las fotos. Observé con
atención, había una serie de fotografías donde me veía muy graciosa por las muecas extrañas que
hice, seguramente aquellas me las tomaría mi tío Emmett por lo desenfocadas que
se encontraban, y por lo cerca que estaban de mi cara, pero la señal infalible
era que solía hacerle caras sólo a él; en otra estaba en un día de pesca con mi
abuelo, al parecer nos divertíamos, incluso llevábamos puesto los dos un sombrero
de pesca, yo esculcaba la bolsa de carnadas e increíblemente sostenía un gusano con los dedos, mi expresión
denotaba curiosidad, mientras mi abuelo me miraba con gesto extrañado; incluso
hubo una donde estaba llena de pastel en la cara, posiblemente un primer
cumpleaños, el pastel embarrado en mi cara era más que el que había en la base
de éste.
De pronto encontré una que no pude dejar de
mirar. En ella, estaba Jake mirándome y yo abrazándolo con tanta dulzura.
Evidentemente me superaba en tamaño, yo recargaba mi cabeza en su hombro y le
tomaba por el cuello, pero mis brazos apenas si lo atrapaban. En uno de ellos
yo tenía puesta la pulsera trenzada que me había obsequiado en mi primera
navidad, la misma que aún se cerraba en mi muñeca. La remembranza entró como un
fotón para tocarme justo en el lado izquierdo del pecho.
Estaba enterada de
que era una representación de un anillo de compromiso Quileute, pero eso no
significaba que yo fuera su prometida, mucho menos que él me amara a mí. No de
la forma en que yo hubiese buscado. Él me amaba de otra manera, como una
hermana pequeña, por tanto debía inhibir mis emociones.
Días atrás había
dicho que amaba a alguien, justo el mismo día que descubrí que yo le amaba a
él. La vida está llena de contrariedades. Me invadía la duda, no era oportuno
hacerle saber a Jake mi absurdo sentimiento. Le provocaría un dolor de cabeza
más, ya era tanto con que me cuidara. Su cordialidad bastaba. Su sonrisa
tranquilizaba. Y me negaba a perder eso.
Tomé la foto y la
guardé en la bolsa de mi sudadera azul y las demás las acomodé de nuevo en el
librero, justo en el lugar vacío que quedaba.
Me apresuré a bajar
las escaleras e ir a saludar a mis tíos, podía escucharles desde la habitación
de arriba.
—¡Nessie! ¿Dónde has
estado?
—Viendo algunas fotos
para recordar lo inolvidable.
Mi padre me dedicó
una sonrisa, él podía leer mis pensamientos, sabía a qué me refería con lo
inolvidable.
—¿Por qué no las
traes? Disfrutemos un rato viéndote hace unos ayeres, ojalá no hubieses crecido
tan deprisa. Igual sigues teniendo alma de niña—me dijo Esme con ojos de
ternura, yo le sonreí amablemente.
—Enseguida—puntualicé.
Ella en parte tenía
razón, la niña que era seguía allí, pero sufría de incontables formas, me
sobrevivía.
Tiempo atrás mis
preocupaciones no eran ni siquiera mayores a mi tamaño, nunca le temí a los
monstruos de armario, le temía más a mi inseguridad, pero la realidad suele ser
mucho más dura que eso. Antes me importaba sólo jugar con mi lobito de pelaje
rojizo y rodar por el suelo o caminar descalza por la arena mojada, y hacer
castillos de arena para la realeza. El tipo de cosas que te importan un bledo
cuando creces.
Cuando volví con los
álbumes comenzaron todos a ver las fotos, a reírse mientras contaban anécdotas
sobre cada una. Sus expresiones eran de asombro. Ellos no solían olvidar con
facilidad.
Luego sólo desee que
Jake estuviera a mi lado, recargué mi cabeza en mis manos y Rosalie notó que me
encontraba fuera de lugar, mantuvo fija la vista en mí hasta que sentí su
mirada, se levantó del sofá y me jaló
del brazo hacia el comedor.
—Algo te sucede— dijo
asegurándolo mientras ponía a calentar agua para prepararme té, supuse, ya que
nadie excepto yo podía comer.
—Sueño— dije
desganada.
—¿Sueño? ¿Qué tipo
exactamente? ¿Quién es con quien sueñas de forma impaciente? —apoyó una mano
sobre su cintura y se quedó viéndome expectante.
—Da igual ahora mismo
con quién es con quien sueño, basta decir que es el tipo de sueño del que no
quisieras despertar. Se siente la certeza de que si despiertas, se va a
evaporar y ni siquiera le verás irse. A eso le temo—respondí tapándome los ojos
con las manos.
—¿Quieres un
consejo?— me retiró las manos de la cara— ¡Despierta para hacerlo real! —dijo
tomándome por los hombros y dándome una pequeña sacudida.
Sirvió el té en una
taza de cerámica, me la dio y lo caliente de la taza me reloajó. Luego evité a
mi tía diciéndole que me sentía mareada, que deseaba caer a los brazos de
Morfeo para soñar que el sueño es realidad. Me fui a la habitación de mi padre,
se adaptó allí una cama individual para mi uso. Y pensé.
Solía soñar despierta
y por ello se presentaba mi insomnio a menudo. Un sueño que más que eso era
ilusión, lo menos cercano a la realidad, y vaya que mi vida real para cualquier
otro sería mera fantasía.
Transcurría el tiempo
lento, el reloj de arena que lo simulaba iba tirando de a grano de arena. Tal
como mi reloj interno que también contaba pero sólo todo cuanto vivía y que se
vaciaba de mí a cada rato…
Abrí poco a poco mis
ojos, después me paré del sillón en el que estaba, la espalda me dolía un poco,
pudiese ser por la mala posición en que dormí. No vi a nadie alrededor pero ya
no era extraña esa escena. Me dirigí a al ventanal. Una silueta se dibujaba
desde el exterior del mismo, pero mi vista no lo distinguía a causa de las
cortinas un tanto opacas que colgaban. Luego esa silueta se acercó y
entró.
—Te has cansado
demasiado de un tiempo para acá. ¿Te has sentido bien?
—Lo sé, pero no
entiendo qué lo provoque. No te preocupes, es normal… ¿Tú qué haces aquí?
—También me alegro de
verte.
—Lo siento. Sí me
alegro pero creía que estabas ocupado—musité.
—Bueno, se arregló
todo. Nada de qué preocuparse, Leah había desaparecido por un largo tiempo pero
resultó que estaba con alguien. Al parecer ha encontrado a su indicado, al
menos cuando la escucho suena muy feliz. La razón es algo que no nos incumbe ni
a la manada ni a mí.
Lo de Leah me
alegraba también a mí, pensaba en la posibilidad de verla el fin de semana para
acercarme a ella, conversar y tal vez de esa forma llegar a establecer una
amistad.
Él siguió hablando.
—Respecto a lo de qué
hago aquí, tú eres la razón. Tu familia fue a cazar y al parecer ahora yo soy
tu… niñero o como quieras llamarle. Edward me pidió que te cuidara.
—¿Niñero, eh? —me
reí— No tienes que cuidarme. Sé hacerlo bien sola.
—Hablo enserio, así
que nada de travesuras, ni desveladas, ni saltes en la cama, ni explotes la
cocina o no sé qué más se te pudiese ocurrir— dijo con el dedo índice
señalándome y arrugando la frente.
—Claro, lo que
digas—. Dije en tono de burla— Aunque creo que pudieron escogerme a alguien más
responsable.
—Soy responsable, y
soy mayor que tú, no lo olvides.
—Eso no se olvida con
facilidad. No cuando te veo cada día envejecer.
—No, tampoco soy un
vejestorio. Te castigaré por ello—dijo en tono sarcástico.
—Lo dudo, Jake.
—¡Diablos! Tienes
razón.
Le di un golpe
con uno de los cojines del sofá y él lo tomó para devolverle el golpe pero ni
siquiera me atinó. Pasó por mi lado derecho y muy lejos.
—Si eso no es signo
de vejez entonces no sé qué es.
—Signo de que preferí
no golpearte como tú. Bueno, ¿quieres acompañarme a La Push, o no?
—Me agrada, vamos.
Salimos al instante y
él como de costumbre me tomó de la mano. Mi corazón comenzó a acelerarse.
—¿Crees que tarden
mucho en volver?
—Es lo más posible.
Tardan horas y horas, a veces se quedan jugando baseball, claro, sólo si cae
una tormenta que pueda ocultarlo.
—Lo dices como si te
aburriera… Estaba pensando en pasar todo el día en la playa, pero puede que
regresen y se molesten al no verte—dijo al besar mi mano casi apenas tocándola
con sus labios.
—Oh vamos, mis padres
no dirán nada.
—Recuerda que estás a
mi cargo Nessie, ya sabes cómo es tu madre.
—Sólo disfrutemos el
día, Jake.
—Pero si me reclama
Bella, pesará sobre tu conciencia— se rió.
Corrí a penas al llegar a la playa y sentir su
helada brisa tocar mi piel, me quité los tenis de lona y quedé descalza, seguí
corriendo hasta chocar con tan azules olas.
—Nessie, espérame.
—Ven—entrelacé
nuestras manos y lo jalé con fuerza, pero no era suficiente. ¿Cómo podría mover
a una estatua? Él notó que forcejeé un poco y siguió mi paso entonces. Corrimos
juntos esta vez mientras nuestros pies tocaron la arena, era un poco cálida. Se
escuchaba el sonido de las olas del mar, se embestían con tanta furia causando
sólo espuma blanquizca pero la música que producían era tranquilizante.
Él se quitó la
camiseta que llevaba puesta y se incorporó en el agua. Yo llevaba un pantalón y
camisa por lo que me metí con todo puesto ya que no tenía alternativa, aunque
resultaba ser un estorbo.
Nadamos un poco.
Cuando me cansé me recosté fuera del agua. Jacob hizo lo mismo. Le abracé para
sentirle más cerca. Contemplé la belleza de aquel día y admiré tal
majestuosidad.
Jake suspiró
profundamente como si se le fuese la vida en ello y volteé para mirar su
expresión.
—Extrañaba días como
éste.
—¿Cómo éste?
—preguntó confuso.
—Días en que no me
importa nada, me limito a contemplar lo bello de cuantas cosas me rodean, las
observo a detalle y escucho su música interna—soné ingenua, pero era cierto.
—Nessie…
—Dime.
—Hay algo que quiero
confesarte.
En el momento en que
escuché esa última palabra, me estremecí.
:O adoro tu blog!
ResponderEliminarno dejees dee escribiir
es preciosoo!
Qiiero sabeer yaa lo q lee vaa a deciiR jake!
escribe pronto plis! besos!
puedes volver a subirr!!
ResponderEliminarporfaa!!
eske ya no tengo nada ke leer
XD