Jacob sufría una
lucha en la que su oponente era él mismo, en su expresión fácilmente se
adivinaba que dudaba en decirme o no aquello que ocultaba con tanta cautela. Yo
moría por saber de qué se trataba, al mismo tiempo no me sentía segura de si
quería saberlo o no. Me invadían la ansiedad, se apoderaban de mí los nervios y
las piernas me temblaban levemente haciéndolo más notorio, traté de disimularlo
antes de que Jake se percatara de ello, movía mis pies como si quisiera seguir
un ritmo que controlaba y no uno que me controlaba a mí.
Me vi obligada a
provocar que hablara, a él no se le veían las intenciones de hacerlo. Y a pesar
de eso sentí le presionaba más de lo suficiente.
—¿Qué confesión,
Jake?
—Es… no sé de qué
manera decírtelo— dijo apretando los puños con tanta fuerza que la sangre que
corría por sus venas era perceptible.
—Sólo dilo, Jake—le
di una palmada en la espalda como un gesto un tanto masculino para hacerle
saber mi apoyo, un gesto tan tonto, luego me arrepentí de haberlo puesto en
práctica. A él seguramente le había resultado inútil.
—Debes prometerme
algo, ¿quieres? —dijo tomándome las manos, yo sentí su calidez disipándose por
mi cuerpo.
—Lo que sea.
Creí que me diría el
común: “no se lo digas a nadie” pues pudiese ser algo muy personal, pero no fue
el caso. Él continuó.
—Quiero que esto, lo
que te diré ahora, no afecte en nada nuestra… relación y que ante todo debes
comprender que esto no te obliga a nada, absolutamente a nada. ¿Entiendes? Eres
libre de hacer lo que te venga en gana.
Bonitas palabras,
pensé. Hacer lo que me venga en gana, no es tan sencillo cuando sabes que ante
tu felicidad se antepone la de otros seres. Como él.
Él también temblaba,
lo sentía, no sólo eso, su hermosa piel morena rojiza lo delataba.
—Lo prometo.
—Verás, en nuestra
especie además de todas esas cosas que conoces existe algo que llamamos
“imprimación”. Sólo se pueden imprimar de una persona durante toda su vida…
Cuando sucede la imprimación suele ser de imprevisto, tan brusco como el amor a
primera vista. El hecho de tener la impronta en alguien se puede considerar
como amar ilimitablemente…
Durante toda su vida
es tanto tiempo, no me costaba creerlo. Lo veía todos los días en mis padres.
Aunque vida no era precisamente lo que tenía, quién sabe, podría decirse que
eran muertos que seguían con vida. Eso es preferible a ser un vivo que muere
cada día. Eso es preferible también a estar medio muerta, como yo.
¿Amar? Algo no andaba
bien. Justo el tema que trataba de evadir.
—Tal vez ni lo
entiendas. Pero confío en que de alguna forma me entiendes…— se acomodó en otra
posición, no me miraba, veía hacia el horizonte interminable, sólo el azul era
lo que se divisaba— No sé explicarlo a ciencia cierta, Nessie, pero cuando
sucede y encontramos a la persona “ideal” con la que deseamos pasar el resto de
nuestra existencia es muy probablemente el momento más maravilloso. Los hilos
que antes te unían con todo lo que te hizo ser como eras se rompen a causa de
otra fuerza de mayor atracción gravitacional, esa persona. Se vuelve el centro
exacto de tu universo…
Yo seguía sin
cuestionarle o dar mi punto de vista, me limité a no perder ninguna de sus
palabras.
—¿Y sabes? Da igual
lo demás, el tiempo y el espacio pasan a segundo término. Siempre has de desear
su total felicidad, sin importar lo que implique, y como pesar adicional, te
adaptas a ella. Te moldeas justo a la forma en que ella lo necesite.
—Jake, creo que no
alcanzo a comprender. ¿Cuál se supone que debe ser la confesión?
—¿No lo adivinas?
Le busqué los ojos,
el hálito de la brisa me hizo reaccionar. A él ya le había ocurrido tal cosa,
él ya había se había imprimado… enamorado o lo que fuera…
¿Acaso se refería a
ello cuando dijo “más que sólo eso”? Era probable. Y vaya que esa cosa era más
que sólo enamorarse.
Todo lo que me había
dicho me sonaba increíble, algo fantasioso, pero lo creí, en este mundo estás
obligado a creer. Pero no a ser crédulo. Yo creía en que había amores eternos,
pero el saber que única y exclusivamente has de amar a una persona era tan
tétrico como razonable.
—Te ocurrió a ti, ¿cierto?
—Sí.
Su monosílabo como
respuesta sonó áspero. Aún no terminaba todo, faltaba la pieza clave. Pasaron
alrededor de dos minutos, había un gran silencio. Comencé a preocuparme pero
esperé a que hablara o por lo menos se moviera pues estaba helado, no hacía ni
el más mínimo movimiento. De manera que un muerto hubiese sido más móvil.
Jacob bajó la cabeza,
escondiéndola entre sus piernas. Se quedó ahí un rato.
—Sé que si no suelto
todo ahora después me será imposible.
—¿De quién? —me
arriesgué a preguntar aunque no debía importarme, necesitaba saber la respuesta
de la pregunta más relevante. Sabía con certeza que esa era justamente dicha
confesión. Y a todo eso, ¿qué tenía que ver yo?
Sentí como algo me
recorría el cuerpo entero, de pies a cabeza, como una corriente eléctrica. El
estómago me causaba cosquillas sutiles.
—Nessie…—dijo y le
temblaban las comisuras de los labios.
—Jake, dímelo.
—Yo…
—¡Dilo ya Jake!
—estaba muy tensa, eso ocasionó que el volumen de mi voz fuera demasiado alto,
casi como si lo gritara—Lo siento, no debí…
—No tiene
importancia—me interrumpió—Renesmee, me imprimé de ti.
—¿Qué?— no capté sus
palabras, quizá estaba equivocada y él había mencionado a otra persona.
—¡De ti Renesmee
Cullen, de ti! —me tomó de los hombros, vi su mirada entre triste y cansada.
Me sentí mareada,
aquello parecía irreal. Mi mente se llenaba de preguntas sin respuestas y eso
me desagradaba. Ni siquiera tenía una maldita idea de lo que debía de pensar,
pensaba en qué pensar. Un estúpido sinsentido.
¿Por qué de mí? Yo no
era nada especial. ¿Aquello era destino? Mi boca no atinaba a decir nada,
absolutamente nada. Le causaba miedo hablar. Pude pronunciar su nombre, sentía
la vida yéndose en esas cinco letras.
—Jacob…
—Perdona el
desasosiego que te causo ahora. Yo tampoco entiendo gran cosa, pero este
momento llegaría, debía decírtelo, quería que supieras lo importante que eres
para mí. Yo sin ti no soy nada, Nessie. A mi mundo tú le das significado.
Este sentimiento es
lo que me incita a vivir, y a pesar de todo le tuve miedo. Luego tuve tantas
ansias porque llegara… Las cosas suceden cuando deben suceder. Sólo tú causas
que viva, solo tú haces que siga en pie. Perdóname, siento de qué forma te esclavizo
en mi corazón. Amo tu libertad, Renesmee. Amo todo cuanto te conforma. Sé que
no lo llegas a comprender, pero desde el momento en que tu mirada se cruzó con
la mía… no necesité nada más para sentirme pleno. Te amo desde cada una de mis
células. Yo sólo… sólo deseo tu felicidad. Aunque no esté a mi lado.
¿Comprendes? —tomó con su mano de mi barbilla y me hizo mirarle.
—No te estoy pidiendo
que me correspondas. No quiero nada. ¡Nada! El hecho de amarte de esta forma,
me complace… No tienes una idea de cuánto te quiero, yo mismo no lo sé, no es
algo medible con exactitud, está más allá de la inmensidad de aquel mar que
está frente a nosotros…—me soltó y dio un gran suspiro, se había liberado de
ese pesar.
Él se puso de pie, yo
abracé mis piernas a mi cuerpo. Me quedé cavilando sobre el tamaño desmesurado
de la situación. Y justo me veía ahogándome en las profundidades de un mar
descomunal, naufragaba mi razón. Cuando supe qué decir, él pareció querer
marcharse. Huía ahora de mí, de su emocionalidad.
—Jake yo…
—Será mejor que me
vaya— se limitó a responder
—Espera, por favor.
—Hoy no—Se acercó a
mí y me besó la frente. Sentí sus suaves labios— Ve a casa, vigilaré que
llegues bien. No hagas nada indebido. Y cuídate.
—¡Jake, espera!
¡Tienes que escucharme! —grité en vano.
Se había ido
corriendo tras los árboles, cuando me pude levantar él ya se había transformado
en un lobo color marrón y se había ido.
¿Qué sentía respecto
a Jake? Todo era tan confuso.
Él siempre había sido
mi mejor amigo, mi hermano mayor, mi segundo padre, mi… mi ¿qué?
Le quería también.
Sin embargo se
apoderó de mí el miedo de no poder amarlo con tanta intensidad, de no poder
corresponder tanto… Él había dicho claramente que no me estaba pidiendo que le
correspondiera. ¿Entonces qué? ¿Qué carajos?
¿Por qué me dejaba
sola justo cuando más necesitaba sentirle cerca?
La luna comenzaba a
brillar en lo alto del cielo. Ahora únicamente estábamos mi enorme soledad y
yo.
Miré hacia la
dirección en la que Jake se había marchado, luego caminé hacia el agua. Se
sentía más fría que antes. El ocaso casi terminaba, poco a poco el crepúsculo
me bañaba.
Recordé sus palabras:
“…está más allá de la
inmensidad de aquel mar que está frente a nosotros”.
¿Qué había más alla?
Suspiré.
Eché un vistazo al
agua y en él vi reflejado aquel rostro que supo tranquilizarme y devolverme la
paz por un segundo. Luego fue desapareciendo entre las ondas que emitían el oleaje.
Ese cara que estaba
dibujada en el mar era la de él… la de Jacob.
Mi Jacob.
NoOoOoO!!!
ResponderEliminarno me hagas esto!!!
espere como dos meses y lo dejas aqui... NO!
porfa postea pronto!!!!
olz
ResponderEliminarbueno me parec genial lo k ases pues esperare k sigas plublikando espero k sea pronto me muero x leer k seguira pasando en esta linda historia de amor
ai no no as posteado desde ase un chorro
ResponderEliminary aora lo dejas asi
porfa escribe pronto
me encanto encerio